por Alejandro Maidana
“Con qué ley me
juzgaron, por culpable de qué
de ser libre en mi
tierra, o ser indio tal vez,
qué conquista
festejan, que no puedo entender…”
Amutuy (Hermanos
Berbel)
El Estado Nación argentino se forjó como todos,
sobre un sangriento genocidio. Vale aclarar que no es correcto denominar a este
proceso “conquista del desierto”, porque el desierto no se conquista, se ocupa;
y si en él encontramos pueblos que lo habitan, y contra los que se lucha, no se
trata de un desierto. Lo que se hizo al denominárselo de esa manera, fue negar
la categoría de humanos a aquellos que lo poblaban.
Campos de concentración, fusilamientos, identidades
profanadas, violaciones, no sólo tendrían un anclaje en la última dictadura,
también gozarían de una íntima relación con lo sucedido con las diferentes
etnias del sur de este hemisferio.
El pueblo Mapuche fue uno de los más atravesados
por las muertes, sometimientos a la servidumbre y persecuciones. La Isla Martín
García conocida por ser un hospedaje indeseado de algunos presidentes
argentinos, funcionaba como un verdadero campo de concentración.
Allí se derivarían a miles de ellos para la
esclavitud (haciendas, fábricas de adoquines, construcción de línea férrea,
servicios domésticos), lugar donde miles fenecieron a causa de fusilamientos y
enfermedades. Se estima que a lo menos debe haber unos 10 mil cuerpos humanos en
fosas comunes debajo de la pista de aterrizaje de la isla. Esta masacre
perpetrada por los Estados chileno y argentino, se estima dejó alrededor de 70
mil muertos.
Es menester realizar esta introducción para poder
graficar la resistencia de aquellos que lejos de arrodillarse, no han dejado
jamás de disputar las tierras que le pertenecían a sus ancestros. El lonko de
la Pu Lof en Resistencia Cushamen, Facundo Jones Huala, sigue privado de su
libertad debido a un verdadero mamarracho jurídico.
Suena el teléfono
en el penal de Esquel, atiende un guardiacárcel que rápidamente nos pasa con
Facundo. Su voz se muestra firme pese a los continuos embates del poder, el
hombre al que el Gobierno Nacional intentó sindicar como la gran amenaza
interna, ya está dispuesto a charlar con Conclusión.
¿Cómo estás llevando adelante esta privación de la libertad tan
estigmatizante e injusta?
Estamos enteros para seguir dándole batalla a un
poder estatal al servicio de los intereses capitalistas perversos que nos
tienen sumidos en la miseria más cruda. Llevamos poco más de 130 años de
sometimiento y colonización, sólo nos queda resistir dignamente en base a
nuestras ideas que llevan en su vientre argumentos muy sólidos.
Nos hacemos cargo de nuestra espiritualidad y
cultura que nos dejaron nuestros antepasados y los peñis asesinados tanto en
Chile como Argentina por defender la tierra.
En torno a la extradición ¿Cuáles son tus expectativas?
No podemos esperar mucho de un Estado que se ha
caracterizado siempre por la criminalización y represión a los pueblos
originarios. Siempre nos han mantenido debajo de la suela de su zapato pese a la
reforma del 24 que jamás fue aplicada en la Argentina. Hemos tenido que vivir
subordinados y al servicio tanto de los terratenientes locales y extranjeros,
como de las Transnacionales. Este cambio de gobierno que se ha inclinado
claramente a lo reaccionario, no nos despierta ningún tipo de expectativa.
El Gobierno Nacional sufrió varios reveces judiciales en torno a
figuras políticas del anterior mandato ¿Esto te hace generar algún tipo de
expectativas?
No en lo particular, ya que los intereses que nosotros
interpelamos son muy grandes y ostentan un poder incalificable. A mí se me está
juzgando por una causa en la que ya fui absuelto, en la misma se declaró la
nulidad de todos sus actores. Hubo hermanos que declararon bajo tortura,
pruebas falsas, montajes por todos lados, esto fue ratificado por la Corte
Suprema de Justicia pero antes que la misma se expida, fui detenido ilegalmente
nuevamente.
¿Cómo fueron las actuaciones de los jueces que entendieron en tu causa?
Otranto, quien me otorga la libertad, en ese
momento era un juez que respetaba las garantías constitucionales, el debido
proceso, y tanto los derechos indígenas como los humanos. Es evidente que
después del apriete del poder político a cargo de Pablo Nocetti y Gonzalo Cané,
gente directa de Patricia Bullrich, este juez cambió completamente de
dirección. Hoy se encuentra Villanueva, quien me tiene detenido hace más de 8
meses y quién en su momento me planteó un pacto, el cual obviamente no acepté.
Nosotros no somos corruptos, nuestros derechos no se negocian, a partir de ahí
se endureció esta política de persecución y represión para con nuestro pueblo.
Si bien lo más probable es que en Chile me absuelvan, seguiremos en la mira de
ambos Estados de no cambiar el tipo de política para nuestro pueblo.
Pasado el 24 de marzo, las reivindicaciones de ayer y de hoy siguen un
camino de consolidación.
Si bien nos movemos en veredas políticas opuestas,
me ha causado gran satisfacción la liberación en ese día tan emblemático de
Luis D’Elia y Carlos Zannini. En estos dos casos específicos, ellos estaban
detenidos de manera ilegal y sin el debido proceso ya que eran referentes
importantes del gobierno anterior. Cabe destacar que por más que políticamente
nos hayamos enfrentado en su momento, no cabe duda alguna de que trata del
encuadre de presos políticos que demuestra a las claras que tipo de gobierno
tenemos en la actualidad. No quedan dudas que el brazo cívico de la última
dictadura sangrienta es la que hoy ostenta el poder en Argentina.
¿Qué opinión te merecen las sostenidas declaraciones de Patricia
Bullrcih en torno a legalizar las ejecuciones por parte del brazo armado del
Estado?
Es tan peligroso como repudiable. Esto comenzó a
verse con la muerte del compañero Santiago Maldonado al que por todos lados
trataron de ensuciarlo. Siguiendo con la ejecución por la espalda del peñi
Rafael Nahuel, para terminar desembocando en la deleznable “doctrina
Chocobar”. Es por eso que desde allí tenemos que analizar a este terrorismo de
estado explícito al que le cuesta cada día más calzarse la máscara democrática.
Lo definió muy bien Eugenio Zaffaroni cuando dijo que se trataba de un
“totalitarismo corporativo trasnacional”, una suerte de dictadura disfrazada de
democracia en toda América Latina. Lo sucedido en Brasil con el asesinato de
Marielle Franco, habla de cómo la derecha viene avanzando a como dé lugar.
Por último consultarte sobre la consolidación de la identidad en los
más pequeños de tu Pueblo ¿Cómo avanza eso?
Si bien muchos hemos sido disciplinados a conciencia para alejarnos de nuestras raíces Mapuche, hoy los más pequeños avanzan firmemente en la consolidación de su identidad. Nosotros hemos tenido que soportar la discriminación de nuestros propios hermanos, porque a muchos le generaba vergüenza admitir su sangre Mapuche, el ser indio y pobre generaba la necesidad de esconder bajo la alfombra aquello que no nos permitía “ascender” en la escala social. Hoy gracias a los profundos debates políticos llevados al interior de nuestro pueblo, se pudo generar una resistencia de nuestro mapudungun (idioma), nuestra espiritualidad y cultura. Es por eso que como Movimiento Mapuche Autónomo del Puelmapu (M.A.P) básicamente luchamos y perseguimos una forma de liberación, de autodeterminación para seguir siendo lo que éramos. Subsistiremos con nuestras formas, que están alejadas del capitalismo salvaje, pudiendo de esa manera convivir con otros hermanos de diferentes etnias en paz. Los niños ya no sienten vergüenza de ser Mapuches, y esa es una noticia maravillosa para poder seguir reconstruyendo nuestra identidad profanada.
(Conclusión / 27-3-2018)
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