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CON GASTÓN RODRÍGUEZ, CANTAUTOR



por Hugo Rocca

Gastón Rodríguez comenzó desde muy pibe a despuntar el vicio de la palabra apuntalada por su guitarra; una necesidad por develar fotografías sonoras de un Montevideo en que la canción de autor era un objeto de culto muy preciado.

Su voz cálida e intimista, es reveladora de una tímbrica muy particular, a mitad de ruta entre la nostalgia y la esperanza.

Las texturas de sus composiciones dejan a la intemperie la sensibilidad de un trovador cosmopolita porfiando su lugar en el atril de los soñadores.

Hijo de esta ciudad de fuselaje sombrío y miradas que se esquivan, ofrenda sus canciones que bucean en el tiempo del ensueño, la conquista del espacio sagrado y los efluvios de su niño interno latente.


A mis oídos, tus canciones, a mitad de camino entre la nostalgia y el rayo esperanzador, revelan una "intencionalidad" balsámica por mantener con vida a tu niño interior.


Estoy de acuerdo, creo que es algo así. Cuando empecé mis primeros estudios de guitarra y armonía, era un preadolescente con más intuiciones que certezas. Una de ellas era una cierta sospecha que apareció por aquel entonces, respecto a lo que nos enseñan como idea de crecimiento y madurez. Si bien claramente se trata de un proceso biológico natural, cada cultura diseña ese puente o túnel y desde muy temprano tuve la impresión que en el aprendizaje se nos van aspectos esenciales de nuestro ser… vitales.

Llamale intuición, voz interior, en fin… ese latir se va cubriendo con capas de una racionalidad civilizadora. Así el sonido y la palabra se fueron convirtiendo en mi arcilla fundamental y cotidiana. Crear para mantener vivo ese espíritu del “niño original” que fuimos, memoria más que nostalgia y la esperanza como una antena que nos conecte con nuestros orígenes y con un futuro imprescindible, en tiempos de contaminación sonora y ruidos anestésicos.

Ojalá todos estos años de trabajo se acerquen en algo al proverbio zen “volver a la inocencia”, emblemático en la enseñanza de las artes en oriente. No como desconocimiento, sino para “volver a ver” con algo más que un par de ojos.


El título de tu último trabajo discográfico (Esa costumbre de insistir), es como una declaración de principios. O sea, más allá de la situación social o personal del artista in situ, la necesidad expresiva no es negociable".


Desde que dimos a luz este disco he experimentado muchas sorpresas y devoluciones recibidas con enorme agradecimiento. Una de ellas es el eco que hace en más y más gente, el sencillo acto de insistir.

Así fui percibiendo que es una necesidad colectiva esencialmente y como bien lo decís, una declaración de principios en cierta forma. Yo quería crear una canción y un clip simplemente, con palabras que fueran de uso cotidiano y que pudieran ser entendidas por cualquier oyente, de cualquier edad, de cualquier lugar.

Teniendo en cuenta que al componer estaba leyendo algo relacionado con una corriente de filósofos que definen tres etapas en nuestra existencia: la ilusión, el insistir y el resistir, la insistencia se volvía casi como el alimento de la supervivencia.

De la mano con lo que veníamos conversando antes, o insistimos aquí y ahora en quienes somos en esencia o será demasiado tarde. Con el detalle de llevar una sonrisa siempre dispuesta a reconocernos eternos aprendices y ser agradecidos de poder crecer a partir de cada inevitable error.


Precisamente el tema que da nombre a tu disco, es una canción que devuelve la fe, y recicla el rayo luminoso por encima de la tormenta ocasional. Como que en tu mirada presente los jardines laten en la vida y se vuelven canción


Ojalá, ojalá que así sea! Esa costumbre de insistir de alguna forma no buscada, se convierte en un proyecto multimedia, donde las imágenes del clip precedieron al sonido (al contrario de la ruta tradicional de la canción).

Ha sido muy bien recibida en otras tierras, quizás porque apela a medios expresivos que pueden ser comprendidos más allá de la lengua local, pero que a su vez mantiene características bien marcadas de nuestra forma de ser, de este rincón del mundo.

Escasez de recursos no como una carencia, sí como una elección o desafío estético que parece ser bienvenido.

Reitero, es nuestra forma de ser. Insistir con una terquedad quizás heredada de nuestros ancestros, los que fueron creando con los elementos que estaban a mano, así fueran en apariencia muy pocos e insuficientes.

Para mí es una especie de “terca esperanza”, como el periplo de esa niña que busca  lo que parece no haber en ningún lado.

Pero estoy convencido que ella sabe el secreto de su viaje obstinado, que sólo “parece” no existir… lo que no se sueña.


Vos sos parte de un tiempo donde la canción de autor era considerada un fetiche de culto. Y sos heredero "auditivo" de compositores como Darnauchans, Cabrera, Roos, el propio Galemire. ¿Sentís que en el presente la canción ha perdido ese lugar de objeto preciado, en este mar de ofertas musicales que muchas veces se vuelven avalancha que aturde?


Soy de los que cree que la canción es un género en sí mismo que se pierde en el tiempo, en los siglos. Mencionabas a “Darno”, recuerdo que estaba haciendo un curso con él sobre estos menesteres cuando me recomendó con énfasis un libro. Una antología de los trovadores de los siglos X, XI y XII. Una verdadera maravilla.

Allí encontré más coincidencias con ellos que con algunos autores que vivían en mi propia ciudad. Uno se pregunta entonces ¿cuál es mi tiempo? Hoy, aquél, el de mis hijas en un futuro… creo que todos felizmente.

Las tecnologías han evolucionado de forma vertiginosa desde aquellos trovadores y juglares, sin embargo la canción en nada menos mil años, esencialmente sigue siendo la misma. Esos “tres minutos de cine” que nos llevan de viaje.

No importa si se utilizan los últimos samplers o un laúd. Si el tiempo parece detenerse y por un momento disfrutamos un espacio que parece infinito, entonces estamos cumplidos y volvió a producirse el milagro de ser libres por unos instantes. Luego lejos de olvidarse, esta experiencia perfuma todo lo cotidiano.


Tu manera de tratar las canciones sigue respetando la forma primigenia de construcción. Me refiero a que seguís "apelando" al sonido orgánico de la guitarra, las percusiones, algunos pianos, bajos. Como que seguís cincelando tus composiciones desde un vértice lúdico/artesanal.


Es un tema fascinante, cómo articular la tradición con las nuevas tecnologías. Te confieso que siento una pasión casi infantil por ambas herramientas de trabajo. En este disco, por ejemplo, hay mucho de ambas.

Mantra, por ejemplo, surge como un tema destinado a ser instrumental y tiene un diseño de programaciones en sampler en casi todas sus pistas, exceptuando la voz que narra y la grabación de las palabras de M. Gandhi. Las guitarras sólo en parte son grabadas por mí, los acordes de fondo también son muestras de enormes librerías sonoras. Algo similar sucede en: Autohipnosis, La noche, Los navegantes, Cruzando a Surnacimientos, en fin…

Me siento pleno y sin limitaciones unificando estas dos vertientes. Justamente  hace un tiempo estoy creando un proyecto que profundiza más esta forma de componer. Es cierto que se hace muy complejo a la hora de recrearlo en vivo, pero el estudio de grabación cada vez nos da más posibilidades. El anhelo es que convivan la tradición y las nuevas tendencias sin sentirse distantes.


Reitero… si por unos instantes la música logra desafiar nuestras nociones de tiempo y espacio, se ha vuelto a producir el milagro ancestral y esta experiencia es hasta capaz de curar las heridas del alma.



 DISCOGRAFÍA

ESA COSTUMBRE DE INSISTIR (AYUI) - 2015 CD

ANTOLOGÍA – LOS NAIPES DE ESPARTACO (AYUI) - 2007 CD
Antología que incluye diecinueve canciones y una narración que da nombre a esta obra. Realizada a partir de una cuidada selección de discos anteriores que conviven en armonía con seis de sus nuevas creaciones.

SURNACIMIENTOS (AYUI) - 2003 CD incluye el clip “Danza sin tiempo”

30 AÑOS DE MÚSICA URUGUAYA – SERIE “LOS CANTAUTORES” Nº 12 Revista Posdata  CD
compartido con Esteban Klisich y Walter Bordoni. (AYUI) 1999

AGUAFUERTES MONTEVIDEANAS (AYUI) - 1997 junto a Walter Bordoni

GAVIOTAS DE FUEGO (AYUI) - 1993 Fonograma

GANADORES DEL CONCURSO DE LA EMISORA ALFA (SONDOR) - 1991

foto: Hugo Rocca

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